El verano es época propicia para volver a lecturas que nos entusiasmaron o que teníamos pendientes de realizar. Viene a cuento esta reflexión para desempolvar la novela las hermanas coloradas (ganadora del Premio Nadal en 1969) de Francisco García Pavón (1919) quien en 1965 inauguró en aquella España del desarrollismo el género policiaco y el modelo, aunque remoto, de personajes como Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán o el sargento Bevilacqua de Lorenzo Silva.
Plinio, jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, y su amigo Don Lotario (en este caso un Watson veterinario) reciben desde altas instancias el encargo de investigar la desaparición de dos hermanas ya ancianas en Madrid, hijas de un conocido notario del pueblo de nuestro policía. En una ciudad que ya comenzaba a dar síntomas del final del régimen franquista asistiremos a las indagaciones de esta curiosa pareja de investigadores, todo ello aderezado con un lenguaje trabajado no exento de ciertos pasajes con un tufillo machista tan propio de la época.
Plinio, jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, y su amigo Don Lotario (en este caso un Watson veterinario) reciben desde altas instancias el encargo de investigar la desaparición de dos hermanas ya ancianas en Madrid, hijas de un conocido notario del pueblo de nuestro policía. En una ciudad que ya comenzaba a dar síntomas del final del régimen franquista asistiremos a las indagaciones de esta curiosa pareja de investigadores, todo ello aderezado con un lenguaje trabajado no exento de ciertos pasajes con un tufillo machista tan propio de la época.
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