"Yo no soy historiador. Ni tengo los datos ni me interesan las fechas o las batallas. Sólo he querido contar lo que es la puta guerra. El hambre, el miedo, las bombas, todo lo que traen las guerras. Lo cuento desde la perspectiva del que la sufre, del que tiene hijos y no sabe si les va a poder dar de comer, o incluso si mañana estarán vivos. Por eso voy adelante y atrás en el tiempo, para que los datos dejen de tener importancia y sólo lo tengan las personas".
Con estas palabras Carlos Giménez nos desvela la intención de su tetralogía 36-39 Malos tiempos, que tenemos como novedad en nuestra biblioteca. La característica principal de su planteamiento es la narración de la Guerra Civil española desde la perspectiva de la gente de a pie.
Mientras que el primer álbum se estructura mediante sucesos de ambos bandos con un trasfondo de venganzas personales, el segundo se llena de una serie de pequeñas historias cuyos protagonistas son las personas que sufrieron la contienda en el asedio de Madrid.
Y llegamos al libro tercero, cuya temática principal es la resistencia y la misericordia, en un Madrid muy debilitado que se resiste a caer en manos del facismo. Acaba la tetralogía con la derrota y la posguerra, la carestía y la sumisión.
Afirma el dibujante:
"No hay guerras buenas, nadie tiene la razón ni los motivos para empezarlas. Si pensamos en todas las guerras, las anteriores y las de ahora, nadie tiene derecho a comenzarlas. Una guerra sólo tiene sentido para el que la piensa, no es buena para nadie".
Cuando leemos 36-39 Malos tiempos nos damos cuenta de que es una obra imprescindible en nuestro presente, en primer lugar porque nos muestra un pasado que debemos conocer y en segundo lugar porque nos educa en la humanidad.
Fuentes: El País, Tebeoesfera