Ayer bajamos a leer a la biblioteca. En silencio cada uno de los alumnos y alumnas se ha dejado llevar por historias de amor, de aventuras, de miedo ... una hora de lectura en silencio.
La lectura no se controla sino que se se fomenta, se potencia, se disfruta y se paladea. ¿Le gusta leer a nuestro alumnado? a la mayoría sí. ¿Cómo conseguirlo? La verdad es que no hay una receta mágica, aunque si conseguimos que elijan el libro en función de sus intereses estaremos en el camino adecuado. Además se necesita un espacio y un ambiente que invite a la concentración, y qué mejor que el silencio de la biblioteca.
Inevitablemente el profesorado debe conocer el nivel lector de su alumnado y sus preferencias lectoras, además de estar atento a las novedades editoriales para manejar todos los recursos posibles.