¿Cómo hacer que la población lea? ¿Hay recetas mágicas? Evidentemente no. En familias con pocos recursos y sin ningún amor por la lectura pueden surgir grandes lectores y en familias que tienen todos los medios para acercarse a la lectura ésta puede no llegar a dejar ningún rastro. Sin embargo el contacto con los libros (y más desde pequeños) es fundamental para que nazca el interés por leer. Los pequeñas acciones, como llevar libros a clase para los vean, toquen, huelan y se sumergan en sus historias o leer en voz alta (¿dónde ha quedado el gusto por la palabra?), valen más que grandes campañas de promoción de la lectura que, en su mayor parte, se quedan en fuegos de artificio. Hay que construir la casa desde abajo.
Toda esta reflexión parte de una campaña de promoción de la lectura, quizás brasileña, que utiliza como recurso la imagen para convencernos de que leer cambia nuestras vidas. Pero, ya saben, sin pequeños gestos no sirven de nada grandes campañas.