sábado, 30 de octubre de 2010

LOS VERSOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ INUNDAN LA RED




Todo era azul

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.

Últimos poemas (1939-1941)



Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

“El rayo que no cesa” (1936)





ACEITUNEROS

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?

Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.

No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.

Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.

¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?

Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.

Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.

Viento del pueblo (1936-1937)

LA PRESENCIA DE MIGUEL HERNANDEZ



Miguel Hernández Gilabert nace a las seis de la manaña del 30 de octubre de 1910 en la localidad alicantina de Orihuela. Hoy, tras 68 años de ausencia, se conmemora los 100 años de su nacimiento. Poeta del pueblo y de la libertad, al igual que Machado, fue encarcelado en 1939 por mostrarse partidario de la República. Tras un largo periplo carcelario fallece de una tuberculosis pulmonar en la prisión de Alicante en marzo de 1942.

El Instituto Cervantes y la Unión de Actores celebrarán este sábado un homenaje colectivo de doce horas ininterrumpidas al poeta en el que intervendrán docenas de actores, escritores, representantes del teatro, de la música y de otras disciplinas de la cultura, y en el cual los ciudadanos también podrán participar en la lectura de poemas.




Además próximo
9 de noviembre se inaugurará la rehabilitación de la casa natal de Miguel Hernández, que ha sido convertida en centro de documentación audiovisual sobre la vida y obra del poeta, con testimonios de escritores y amigos personales. Más de 2.000 documentos audiovisuales, entre fotografías, vídeos y grabaciones, podrán ser consultados por los usuarios, tras los trabajos de recuperación y adecuación realizados por la Generalitat Valenciana en la casa natal de Miguel Hernández.

Por otra parte varios cuentos inéditos escritos por el poeta para su hijo se presentaron ayer en Elche por el investigador alicantino y presidente de la comisión ejecutiva del Año Hernandiano, José Carlos Rovira, en el marco del tercer congreso internacional sobre la vida y la obra del poeta oriolano.

Para finalizar nuestro homenaje al poeta de Orihuela os dejamos con el tema principal del disco "Hijo de la luz y la sombra", de Juan Manuel Serrat.